Nos merecemos vivir en una sociedad en la que nadie sea súbdito, en la que ninguna mujer sea agredida hasta morir asesinada por serlo y en la que cada pueblo pueda democráticamente decidir su futuro. Nos merecemos una sociedad que respete la dignidad animal y el entorno natural. Una sociedad que vele por los derechos de la clase trabajadora y en la que el modelo humano no sean banqueros responsables de 300 desahucios al día, evasores de impuestos o mafiosos. Nos merecemos vivir en una sociedad en la que ejercer derechos fundamentales o exigir justicia no suponga ser perseguido y secuestrado por las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado. Nos merecemos un futuro para nuestros hijos y un presente digno para cada uno de nosotros. Sigue leyendo